Mi novia y yo regresamos corriendo a casa después de haber comprado este fenomenal aparatito que queriamos desde hace tanto tiempo, y es que la verdad lo deseabamos desde hacía tanto tiempo, que de la excitación comenzamos a comernos el coño y a desnudarnos para pegar el polvo de nuestra vida, y con la tontería casi nos olvidamos el genial arnés con consolador incluido para poder penetrarnos mientras lo haciamos y disfrutar de unos orgasmos geniales gracias a las venas que recorrían todo el pene.
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